Abstract:
A nivel mundial, la concentración de la población en entornos urbanos ha dado lugar a desafíos significativos en términos de habitabilidad, con un número considerable de personas viviendo en condiciones precarias y sin acceso adecuado a servicios básicos. Según Navarrete Peñuela (2017), la falta de acceso a viviendas adecuadas y servicios esenciales afecta a una proporción considerable de la población urbana, lo que subraya la importancia crítica de abordar las deficiencias en la habitabilidad en entornos urbanos. En América Latina, la situación no difiere mucho, con una gran parte de la población que reside en la periferia de las ciudades, enfrentando problemas como la falta de acceso a servicios básicos, viviendas inadecuadas y una calidad de vida comprometida. Se ha observado un aumento de la segregación, la marginalidad y la contaminación ambiental en estas áreas urbanas en rápido crecimiento, así tal como lo menciona Garfias Molgado & Guzman Ramirez (2018), “Para que un espacio pueda considerarse habitable debe reunir condiciones físicas y ambientales acordes al tiempo y al espacio correspondiente, además de tomar en cuenta los factores sociales y culturales que determinan las expectativas de los habitantes”.