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La situación actual presenta la necesidad de detener los avances que el clima ha estado experimentando a pasos agigantados. Por ello, se requiere contar con medidas que permitan restablecer la sostenibilidad climática. Una de las políticas que se puede adaptar es la relacionada con la energía. Si bien es cierto, se cuenta con diversas fuentes de energía, las más ecológicas son las que se presentan como renovables, dado que permite cubrir las necesidades de la población a gran escala y, a su vez, su uso se torna eficiente frente a las no renovables (BARRAGÁN-ESCANDÓN et al., 2019).
Así, se cuenta con la energía solar, producida a partir de la radiación que emana el Sol. Esta posee la característica de ser una fuente de vida, además de que es inagotable. De esta manera, si la radiación se usa racionalmente y se almacena de forma adecuada, “se puede transformar en otras energías, entre las que están la térmica y la eléctrica por medio de paneles solares” (BALCÁZAR, PEÑA, 2016, p. 100). Entonces, se aprovecha las propiedades fotovoltaicas con las que cuenta para convertirlas en energía eléctrica que puede ser de provecho para la comunidad.
En Perú, se evidencia “una elevada radiación solar anual, que en la sierra alcanza aproximadamente de 5.5 a 6.5 kWh/m2; en la costa,5.0 a 6.0 kWh/m2 y en la selva aproximadamente 4.5 a 5.0 kWh/m2” (Grupo Rural PUCP, 2017, párrafo 1).Esta energía es aprovechada como fuente térmica, además de proveer electricidad en los ámbitos rurales y suministrar energía a las centrales solares. |
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