Abstract:
El hombre es un dios cuando sueña, y un mendigo cuando reflexiona escribió
Frederick Hölderlin en 1794 en su novela Hiperion. Y la verdadera arquitectura siempre
parte de una reflexión para tratar con la vida, y más que de su constitución material,
estética y técnica, la arquitectura está hecha con todos los dramas y comedias de nuestra
existencia: sueños, aspiraciones, ideas, emociones, sentimientos, pasiones, vivencias...
Toda arquitectura está hecha con una intención de servicio; servir de marco para el
desarrollo de un verdadero habitar, de un sueño o un noble ideal de un hombre y por
extensión de una sociedad. Es así que el estudio de la cabaña vista desde una perspectiva fenomenológica es esencial, siendo la cabaña considerada como la primera casa del hombre es el primer modelo, patrón y servidor donde toda manifestación arquitectónica tiene su origen. La cabaña o la casa del hombre según Bachelard (2000):
Es cuerpo y alma. Es el primer mundo del ser humano. Antes de ser "lanzado al mundo"
como dicen los metafísicos rápidos, el hombre es depositado en la cuna de la casa. Y siempre, en nuestros sueños, la casa es una gran cuna. (…) La vida empieza bien, empieza encerrada, protegida, toda tibia en el regazon de una casa. (pág. 30)
La cabaña es el primer lugar donde el hombre desarrollara sus primeras virtudes, sueños
e ideales, para luego compartirlo con la sociedad y con los demás miembros de esta nave
espacial llamado tierra. Hallar la esencia y los principios de habitar la cabaña,
posiblemente nos ayudara a leer de nuevo la brújula, para volver a encontrar un sentido
más al habitar este mundo y así poder hallar el camino en estos tiempos donde el mundo
cada vez más se hace oscuro e inhumano.